Apenas la FIFA dictamino que no se jueguen más encuentros oficiales en ciudades que tengan una altura máxima de 2.500 metros (como Quito y La Paz) salieron a llorar los periodistas de todos los canales de televisión.
Si el año pasado, después del mundial, le preguntabas a cualquier periodista: ¿Que factor fue más determinante a la hora de clasificar al mundial? La calidad de nuestros jugadores o la altura de Quito. No encontrabas uno solo que te respondiera lo segundo.
¿En qué quedamos?
Joseph Blatter no es tonto y sabe que la selección ecuatoriana ha mejorado enormemente y que eso sumado a la altura no le conviene al resto de selecciones.
Tampoco le conviene que selecciones como la de Chile, Perú y Colombia ahora se planteen tener como sedes ciudades sobre los 2500 metros de altura. Porque son selecciones que pese a tener grandes jugadores no han sido capaces de clasificar a los últimos mundiales.
Es sabido que en Sudamérica 4 cupos y un repechaje no son suficientes, y la FIFA debería tomar como medida compensatoria el otorgar 5 cupos directos y 1 cupo indirecto.
Ecuador no tiene otra que buscar otra sede y Bolivia... aprender a jugar al fútbol.
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