Y no hay mayor cuestionamiento para Galo Roggiero.
El presidente que ha dejado al cuadro torero en mal predicamento, ahora incluido el tema de seguridad para su propia hinchada.
Si ni eso puede brindar, ya para qué tanto barullo y resultados pobres con los mismos actores de siempre.
Se le permitió defenderse e inclusive, quienes debían actuar con mayor fuerza para presionar la salida del presidente de la institución, han quedado sin respaldo, ahora simbolizados como una especie de institución criminal, que actúa inconsciente, en manada, siempre con la consigna de la violencia.
Pierden todos. Menos la cabeza que ya debió haber caido.
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