domingo, 15 de julio de 2007

Una gran Copa América: Brasil campeón


En un gran partido, Brasil goleó a Argentina 3 a 0, con golazos de Julio Baptista y Dani Alves, mientras que Roberto Ayala, sellaba el destino negro de la albiceleste, marcando en propia puerta, en desesperada barrida, ante el continuo contraataque brasileño.

Y es que Dunga se impuso en el duelo táctico a Alfil Basile, negando todo lo que los demás equipos sí permitieron a Argentina, control de balón en toda la cancha. Y haciendo un menjurje muy raro, mostrándose mezquino a momentos, y muy exquisitos a otros ratos, bajando a cada momento al creador Riquelme, cerrando (a momentos con pierna fuerte) a los movedizos Tévez y Messi, y contando con la intrascendencia de futbolistas que quizás funcionen en el Internazionale (Verón estuvo en él), pero que lamentablemente fueron menos que mediocres, en el caso de Verón y Cambiasso, Brasil controló el partido.

Su defenso estuvo solvente, mostrándose dueños de la cabeza de área Juan y Alex, explotando bandas Maicon y Elano (que fue bien suplido por Daniel Alves, que cerró su tarde con un golazo), manejando medio campo Julio Baptista con la ayuda de Gilberto y el laborioso Josue, mediante cierres, pases, etcétera, y arriba Robinho que controlaba balón, y bailaba al más incauto, mientras Vagner Love comía marca, puesto que ese puesto de centro forward que estorba al rival, fue su única tarea durante esta Copa.

Un rechazo centro de Vagner Love, encontraba a un Baptista sólo marcado por Ayala, que sólo aguantó, sin espera el cañonazo que dejaba sin respuesta a Roberto Abbondanzieri.

Juan Román Riquelme tuvo la oportunidad de empatar, en jugada en que se salvaba Brasil. La pelota reventó el vertical derecho del gigante Doni.

Casi al terminar el primer tiempo, Maicon corrió por su banda, y centró, que lamentablemente Ayala concretaría en su propia puerta.

En el segundo tiempo, “Coco” Basile cambió a sus inútiles Verón y Cambiasso por Luis González y Pablo Aimar, pero un contragolpe mortal con Vagner Love a la cabeza, aguantó el asedio de dos defensas argentinos, y puso un pase magistral que Alves, lateral del Sevilla, sentenciaba el partido…

Hay que poner algo claro: fuera de que a momentos, Brasil se mostraba especulativo, la excelente marca de sus hombres fue clave del éxito. El tridente mortal que tenía Argentina fue destruido completamente, y señal de eso, fue que la única jugada de peligro, fue la que tuvo a continuación del primer tanto brasileño. De ahí fue una serie de centros intrascendentes que bien fueron contenidos por la defensa, o fueron directamente a manos de Doni.

Bien Brasil pudo concretar más después del tres a cero, pero dejó que su rival se desesperara, para luego caer en conciencia, de que era inútil intentar: el cerrojo era imposible de romper, y a cada intento inocuo, la respuesta era fulminante con el contragolpe, lleno del clásico “jogo” bonito brasileño, a la vez que el Scratch se alzaba con su octava Copa América.

Merecido en esta final, por más que en los otros partidos, en especial contra Ecuador, no mostró nada especial.

Sorpresivo y que cierra uno de los mejores campeonatos que he visto, por la contundencia en la efectividad de todos los equipos, a excepción de Ecuador (que perdonó a Chile), y porque el mejor fútbol o la muestra de aquel, se vive aquí. No sin tener muchos países, pero cada uno con una identidad que lo caracteriza.

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